miércoles, 30 de marzo de 2011

Uno de esos dias

Uno de esos dias en los que nada tiene sentido y todo se llena de odio.
¿La gente me odia? ¿O yo odio a la gente?  Son esas preguntas que nunca tienen respuesta, o quizás no quiero encontrarla. Que me culpen, me echen en cara las mierdas, mis fallos, me quema, realmente, me quema. Quizas porque no lo acepto, o porque me cuesta hacerlo, y por ello, prefiero dejarlos a parte.
Es un motivo para odiar, aunque claro, si por ello fuera, odiaría a todo el mundo… A lo mejor, odio a todo el mundo. ¿Quién sabe?


Necesito desahogarme, realmente, lo necesito. Con poca, muy poca gente me desahogo realmente, por no decir, que solo dos. Porque hoy es un día de esos que nada de lo que dices te suena bien, la música no tiene sentido y las palabras se deforman según tu dedo mueve el bolígrafo sobre el papel...
Porque, hoy por hoy, veo a mis amigos como enemigos, a los que creía fieles como infieles, a los maduros, como inmaduros y a los que creía introvertidos, extrovertidos. No sé si soy yo, si la culpa es mia, o es que el mundo que gira  a mi alrededor ha cambiado de sentido, y ahora soy yo quien da vueltas alrededor de este, haciéndose más grandes.
A lo mejor… necesito desconectar un tiempo. Me ahogo, realmente me ahogo, y no aguanto más, por eso estallo. Quizas no debería contestar así a la gente, y por ello mismo la gente es así conmigo, pero lo siento, soy una persona impulsiva, cosa que a veces me lleva  a la peor de las situaciones. Pero no puedo evitarlo, al menos por ahora, estoy viviendo, vivir es para aprender…
Me veo fracasando y la gente no es que me apoye… Al menos parte de ella.
“ Yo quiero hacer esto…” “Tu? Tu? Tu haciendo tal cosa? JAJAJAJA no te veo eh? “…
Adiós ilusiones. Fue un placer haber pensado que podría realizar esas cosas…
Tirar la toalla no es lo mio, pero parece que me incitan a ello, y no, no es lo que quiero. No quiero ir hacia abajo, quiero subir, subir, subir a lo más alto. Quizás me quedé mucho camino, pero quiero hacerlo, como sea, quiero subir hasta notar el cielo entre mis manos.
Si escribo esto, es porque hoy no estoy realmente bien. Algún dia espero poder escribir algo, que haga sonreir a todo el mundo… Tengo en mente hacerlo, pero no encuentro el momento, no encuentro la ocasión de mi felicidad máxima para hacerlo. Tengo en mente un cursillo de sonrisas, pero no hay nada que me impulse a hacerlo...
Que solo esas personas que espero que se den por aludidas sacan mis mejores sonrisas. 

domingo, 6 de marzo de 2011

Dímelo

Dime que te encanta hablar conmigo, aunque los silencios y las tonterías abunden en nuestras conversaciones.
Dime que viajaremos a Chile algún día,  juntos, aunque quizás en un futuro no podamos ni pagarnos una cena.
Dime que viviremos los dos juntitos en tan solo dos años, aunque ambos sepamos que habrá que luchar por ello.
Dime que cometerías la mayor locura por verme, aunque luego sea yo quien te tenga que solucionar la vida.
Dime que me amas más que a nada, aunque no haya sido la única.
Dime que me necesitas cada noche contigo, aunque luego te duermas nada más tumbarte en la cama.
Dime soy la mujer más hermosa del mundo, aunque luego mires a otras mientras estás conmigo.
Dime que mirarme a los ojos te plantea un futuro, aunque cuando te mire tumbada tú los cierres.
Dime que si mi sonrisa se borra  comienza tu abismo, aunque después la misma reaparezca gracias a ti con dos tontadas.
Dime que necesitas mis besos como si el aire fuera, aunque después sean los más tímidos que hayas probado nunca.
Dime que tus palabras se atrancan cuando te digo “te quiero”, aunque siempre hagas un ruidito y sonrías como un niño.
Dime que sueñas conmigo todas las noches e invéntatelo cuando yo pregunte que fue, aunque sepa que nunca sueles soñar.
Dime que te encanta que nuestros planes de futuro se recreen en unos personajes creados por pixeles insignificantes, aunque cuando te hable de ellos pienses que soy un poco pesada.
Dime que me odias por hacerte llorar con lo que escribo, aunque en realidad, amas que sea yo quien te haga llorar con cosas así
Dime que jamás has conocido a alguien como yo, porque todas han sido un poco mejores.
Dime que tú también te acuerdas de mí, tanto como yo de ti, esas tardes frías de invierno, aunque la mayoría de las veces, tú te vayas por ahí.
Dime que no te importa no haber podido ir aquel concierto conmigo, aunque lloraras cuando te llamé.
Dime que sabes que más de las mitad de las cosas que aquí escribo, son más que ciertas... aunque quizás te niegues a hacerlo.
Dime que… soy a la única persona que guardarás entre tus cuadernos de poesía, esos tan preciados, para no perderme de vista, pase lo que pase, aunque a veces esté tan perdida como los folios de los mismos.
Dime que sabes que no te quiero, y entonces te estarás auto inculpando de mentiroso, pues sabes que una de las tres personas más valiosas que hacen que sonría por la calle cuando recuerdo buenos momentos, que me ayuda a levantar y que quiero más que a mi misma, eres tú.